viernes, 7 de octubre de 2022

La divulgación científica y los bulos.

 
En los últimos años, hemos experimentado un "boom" por el conocimiento científico sobre todo a través de las redes sociales (RRSS). Pero al igual que el conocimiento y avances científicos se promulgan a través de estos medios, también se extienden los bulos e ideas conspiratorias en contra de ese conocimiento científico. El problema es que cuanto más fuerte e importante parece ser el conocimiento científico, más fuerte, insistente y feroz es la propagación de los bulos y las noticias falsas (fake new en ingles). Haciendo una hipérbole y giño a la física, es algo así como dice la 3ª ley de Newton o Principio de Acción-Reacción, que viene a decir que cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, este ejerce la misma fuerza en la misma dirección y sentido contrario a la primera".

El problema no es menor, ni tampoco debe ser ignorado, la desinformación, los bulos y las noticias falsas provocan muchos daños, incluso, vidas humanas. Pues hay gente que se deja morir sin saberlo por atender enfermedades potencialmente mortales a las conocidas "terapias alternativas" o "naturales", un gran engaño del siglo pasado que se pone de moda de tanto en cuanto. Pero esto sucede a mi entender por dos factores:
  1. El interés de algunas personas en causar daño y caos. 
  2. La ciencia contada desde una parte interesada o de moda social.
A lo largo de la pandemia COVID que cambió el mundo tal y como lo conocíamos, podemos encontrar desde el inicio multitud de ejemplos en uno u otro sentido. El el primero, mentir a la población diciéndole que un virus respiratorio que se sabía se propagaba por el aire era un virus de contacto, que la mascarilla no era necesaria, que los asintomáticos no existían o en el segundo punto el uso de tratamientos que se sabían ineficaces pero como "fulano" y "mengano" que son "expertos" (con intereses) en ese compuesto dicen que puede funcionar vamos a administrarlo aunque no haya base (ej: Cloroquina, hidroxicloroquina, ivermectina, vitamina D y hasta agentes sumamente tóxicos como la colchicina). Unas y otras, en mayor o menor medida, sin duda, han supuesto vidas humanas, y todo se reduce a una palabra-MENTIRA. 

Si, así es, la mentira, es la responsable de gran parte de los desastres, no el error por desconocimiento, la mentira como elemento intencionado de mala fe. Es por ello, que es importante y fundamental saber informarse. Vivimos en un mundo de sobreinformación donde dependiendo del paródico que leas te cuentan la historia del derecho o del revés. Por eso lancé una pregunta en Twitter con 4 respuestas para ver en qué se fijaba o que era determínate en la audiencia para considerar creíble o no una noticia científica. He de decir que me ha sorprendido que la mitad de la audiencia creo que ha respondido correctamente. 

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Analicemos esto detenidamente:

Las Fuentes: Define como fuente la vocación coloquial de la RAE "recibir conocimiento de buenos maestros o en buenas obras, o adquirir noticias de buenas personas o en lugares dignos de todo crédito". Es decir, la fuente del conocimiento,, que puede ser una fuente primaria como el estudio publicado de principio a fin de una vence científico o una fuente secundaria, este blog, TV, prensa escrita, RRSS que se hacen eco de lo que dice la fuente primaria. Algunos dirán que la fuente primaria nunca miente, no es del todo cierto, lo que es seguro es que la primaria es la oficial, la correcta, mientras que la fuente secundaria puede o no ser correcta, es decir, ajustarse a lo que realmente dice la fuente primaria ¿Indica eso que la fuente primaria siempre dice la verdad? No, pero si es un estudio científico podemos leerlo, intentar comprender, analizar las gráficas y la conclusión y ver si todo es coherente. Si todo cuadra, es posible que sea cierta, que no se comprobaría hasta que otro reprodujese lo que indica esa fuente y confirmase su validad. Pero como eso no lo podemos hace ninguno en casa, tenemos que recurrir a "expertos". Pero la cuestión es ¿Cómo reconocemos a un experto? ¿Por su formación? ¿Por qué su trabajo y el estudio sean el mismo? Aquí entran las respuestas 2 y 3 de la encuesta.

Ciertamente, confiar en las personas ya supone asumir un error, por eso considero que los expertos, aunque necesarios, no son más fiables nunca que las fuentes. Si bien el experto puede ayudar a esclarecer si el estudio está hecho o no con cierto rigor y puede ser lógica su conclusión, peor ojo, eso no debe suponer un argumento de autoridad, el autoproclamarse experto y esto es así porque lo digo yo tiene poco recorrido cuando buscas la verdad. Entre la pregunta 2 y 3 creo que tiene más peso el que trabaja en el campo, el que conoce es asunto y puede determinar si algo, por su experiencia, es posible o no, de nuevo remarcar que la posibilidad indica también error. Personalmente, la opinión de alguien que trabaja en un campo determinado tiene mayor peso que el polititulado famoso de turno, pues se me ocurren muchos famosos compañeros de microbiología y virología que durante la pandemia, y estoy convencido que sin mirar y evaluar  los datos epidemiológicos, se lanzaban en los medios de comunicación aventurando que aquello que llamábamos 2019-nCoV o nuevo coronavirus era una gripecilla sin riesgo ni importancia. Es por eso que creo, el personaje famoso no es motivo o sello de veracidad, como tampoco es la concordancia entre los diversos medios de comunicación, pues una mentira que se repite muchas veces en muchos sitios no la valida como verdad, sino como engaño histérico colectivo.

Por eso, siempre tengo en mi Twitter, blog e Instagram de @ParaMicroBio todo citado con sus fuentes. Siempre que puedo cito la fuente primaria, pero en ocasiones, por diversos motivos, no se puede y debo citar fuentes secundarias. Yo, en mi interpretación, puedo cometer errores, pero las fuentes son las que son. Por eso siempre digo, no importa quien está detrás de @ParaMicroBio, no es necesario para tener o no credibilidad. Lo importante siempre son las fuentes, el uso que se hace de ellas y su interpretación.

¿Cómo detectar un error o una noticia falsa?

  1. Comprobar la fuente, hacer caso solo a fuentes oficiales: Si alguien dice que alguien o algo dice, debemos ir a esa fuente y comprobar que efectivamente dice eso. 
  2. Comprobar el contenido con pensamiento critico: Puede que no conozcamos de el tema, pero leamos el contenido integro de la noticia y su secuencia lógica, si no encontramos la lógica, posiblemente sea falso.
  3. Comprueba el medio de comunicación: Las RRSS no son prensa, pero si que podemos encontrar periodistas, prensa, instituciones públicas y expertos. Importante que la cuenta esté verificada o que cuentas verificadas hablen bien de esa cuenta. Hay que tener una lista de medios fiables, que no tengan un interés en el asunto que tratan (esto va por temas políticos y en ciencia por si el medio especializado representa a un grupo concreto de profesionales). Importante revisar la fecha, a veces se hacen pasar noticias ciertas de otro tiempo como actuales.
  4. Comprueba el autos: Si es un medio como Twitter, tendremos que ver si la cuenta está asociado a un nombre real, si este es experto en el campo aparecerá en una búsqueda rápida de Google. Pero tengamos en cuenta que alguien que pretenda ser experto de muchos campos posiblemente hable sin saber.
  5. Ante la duda no compartas, verifica: Hay medios de comunicación que tienen servicios de verificación, encargándose de comprobar la veracidad de los datos acudiendo a expertos y desgranando la fuente origen de ese dato. Si has tenido que recurrir a este punto es porque no te fías de la información que has recibido, por tanto, ante la duda, no compartas esta noticia, porque hacerlo favorece el desastre de los bulos, las noticias falsas y la desinformación, que como hemos dicho al inicio, cuesta vidas humanas.
Medios de verificación:


Otras fuentes:
  • Proyecto InVID de la UE (Fuente).
  • Lucha contra las campañas de desinformación en el ámbito de la seguridad nacional (Fuente).

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