martes, 23 de noviembre de 2021

Bioseguridad

 ¿De donde viene y como podemos definir la palabra bioseguridad?

El termino bío viene del griego βɩoς que significa "vida" y el termino seguridad viene de la raíz latina securĭtas que se puede definir como la "cualidad de estar sin cuidado" y proviene de la evolución de securus, donde la raíz prefija se- significa en el latín arcaico separar, selecto o secreto, y cura, que significa cura o curador, para acabar con el prefijo -dad, se significa cualidad, relacionado con raíz Kwei (prestar atención).

Señal de peligro biológico del RD 664/1997

La RAE define la bioseguridad como "el conjunto de medidas para la prevención de riesgo de la salud y el medio ambiente provocadas por agentes biológicos". 

Entiéndase por agente biológico todo organismo vivo o producto de los mismos, incluyendo las toxinas.

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) aclara su única función preventiva, en tanto que "su objetivo es evitar la liberación del agente biológico dentro y fuera del lugar de trabajo, para proteger al trabajador a la comunidad o población, al medio ambiente (animal o plantas) y a la muestra o proceso de contaminación".

Es por tanto, son proceso que se realizan para evitar que tenga lugar un suceso de accidente biológico y, en caso de producirse, evitar su propagación por todas las vías posibles, pues la liberación de agentes biológicos puede causar una gran crisis sanitaria, económica, social y política como la recientemente vivida por SARS-coV-2 causante de COVID-19, y que perdurarán a la posterior crisis sanitaria.

El riesgo es siempre el mismo, la propagación de un patógeno invalidante o letal cuyo propagación puede causar el colapso del sistema sanitario, la economía, la política y el mundo social. No tiene por que afectar a todos los campos, puede afectar solo a uno, pues un patógeno animal que afecta a los animales, no causa el colapso del sistema sanitario, pero si causa problemas económicos, políticos y sociales.  

No debe entenderse como agente biológico solo lo referente al mundo microscópico como protistas, bacterias, virus o toxinas, sino también al resto de organismos vivos como pueden ser las plagas. 

¿Qué es una plaga?

La palabra viene del latín, plaga, que significa golpe o herida. La RAE da 6 definiciones distintas a este termino. El primero dice " aparición masiva y repentina de seres vivos de la misma especie que causan grave daño a poblaciones animales o vegetales, como, respectivamente la peste bubónica y la filoxera", excluyendo en existe termino daño sobre seres humanos, pero la segunda acepción si la incluye, definiendo plaga como "calamidad grande que aflige un pueblo" y en mismo sentido se manifiesta la quinta acepción como "Abundancia de algo nocivo". Es pues, evidente, que no solo se tiene por objeto preventivo en bioseguridad las enfermedades infecciosas, intoxicaciones o toxiinfecciones, sino que han de considerarse objeto de bioseguridad las plagas, algo que no todo el mundo considera. Pero sin duda, son un gran peligro junto con las especies invasoras.

La salud se ha tenido siempre referente desde el punto de vista antropocéntrico, teniendo como objetivo el estado orgánico de bienestar de los humanos, pero esto, es solo una parte de la salud.

Plaga de langostas en Etiopía (Ayuda en Acción)


"One health"

Esto iría en la idea actualmente predomínate de one health-in, que significa "una única salud", referido a la conjunción de bienestar humano, ambiental (plantas y entorno) y animal. La salud y la sanidad deja de ser, por tanto, una cuestión únicamente humana o extensible a los animales. Idea que no a surgido con COVID-19, sino desde antes, como demuestran informes del ECDC (1,2), AVMA, OMS, CDC entre otros. Pero pese a que esta idea está rondando desde hace 3 décadas, no es nueva, ya en tiempos de Hipócrates (400 a. C) se hablaba de esta relación de salud. Sin embargo, a día de hoy, las principales agencias sanitarias como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) estudian a día de hoy como implementar este concepto multidisciplinar de "one health" (Fuente).

Esto es un tema muy obvio pero que a lo largo de los años no ha interesado ver. Los veterinarios y biólogos sabemos bien que todo lo que puede afectar al medio ambiente o los animales puede llegar a afectar a los humanos. 

Principios de la bioseguridad

Una vez desarrollado estos conceptos, podemos entrar más de lleno en la cuestión que nos ocupaba en el inicio de este artículo, la bioseguridad. Para ello, vamos a desarrollar una serie de principios que, a mi juicio, deben seguirse siempre en pos de garantizar al bioseguridad ante la aparición de un agente biológico, sobre todo, cuando este es desconocido: 

  • Principio de precaución: Todo agente biológico desconocido o, que conociéndose cambiara de comportamiento, atendiendo principalmente a su virulencia y transmisión con capacidad para propagarse en la comunidad, debe tomarse como un agente bilógico de máximo riesgo biológico de seguridad aplicable en el país. Esto es, su contención y eliminación por todas las vías posibles legales y extremando las precauciones impidiendo posibles contagios por todas las vías conocidas de transmisión de patógenos. Esto es, a todos los efectos, que se irán descartando las medida de prevención según se garantice mediante prueba, que el patógeno es incapaz de infectar o trasmitirse por esa vía determinada. Nunca debe retirarse esa protección por creencias o casuísticas. Al aislamiento y las medidas preventivas de contagio son fundamentales para confinar y/o erradicar un brote epidémico. Saltarse este principio supone siempre la propagación del patógeno.
  • Principio de sospecha universal: Ante falta de prueba que demuestre lo contrario, todo ser vivo o cosa puede estar contagiado del patógeno en cuestión o estar contaminado por el agente biológico. Muchos "expertos" no consideraron el peligro de los asintomáticos de COVID-19 en la propagación del virus, esto fue la segunda causa que desató la pandemia y no es nada nuevo, virus como la polio, West Nile o el Sarampión tienen un altísimo porcentaje de asintomáticos que garantiza al patógeno una invisibilidad en su propagación. La consecuencia la hemos vivido y sufrido con el COVID-19, brotes que pasan a ser epidemias en un país hasta convertirse en una pandemia. Se pueden excluir a personas que utilicen adecuadamente equipos de protección individual (EPIs) o demuestren una inmunidad efectiva por la vía de transmisión frente al agente biológico. Hay que advertir que un mal uso de los EPIs conduce al contagio y propagación del agente biológico, por lo que siempre hay que reducir los contactos pese a la seguridad del profesional del buen uso de los EPIs.
  • Principio de comunicación y concienciación: La aparición de un nuevo patógeno o patología desconocida con posible origen infeccioso debe hacerse siempre público, junto a su prevención, contención y comunicación. Detallar la sintomatología, donde pudo contraerse y posibles zonas afectadas, previa elaboración de la autoridad sanitaria competente que deberá realizar un plan de contención con recomendaciones sanitarias a la población en cuanto a su higiene y prevención usando equipos de protección individual (EPI) ya sean certificados o caseros en caso de escasez de los primeros, así como el confinamiento y aviso a la autoridad sanitaria ante la presencia de síntomas. Si la población conoce el riesgo, las medidas de prevención y como actuar ante un caso, el agente biológico que haya escapado al control pude frenarse con este, siempre que se apliquen los anteriores en él. De nada sirve que se informe a la población si se quita importancia al asunto diciendo que "no es peligroso" o que "solo hay que tener cuidado ante síntomas". sin los otros dos principios, este carece de fuerza de bioseguridad pero es fundamental para completar a los anteriores. La desinformación o la ignorancia del peligro solo sirve para favorecer la propagación del agente biológico.
A estos principios hay que sumarles otros como los bioéticos, que lejos de ser un capricho, son una garantía de Derechos Humanos y, suprimirlos, no solo causa un daño en el Derecho de las personas, sino que provoca miedo, inseguridad y ocultación de enfermos, causando justo el efecto contrario del que pretende la bioseguridad. Estos principios son:
  • Principio de autonomía: Intencionalidad, con comprensión y sin influencias que controlen sus actos. Base fundamental para aplicar la medida no se puede obligar a ningún método invasivo. Este principio no apara el no llevar EPIs o la negativa a confinarse, pues esas medidas no son invasivas en el cuerpo humano.
  • No maleficencia: Obligación de no producir o llegar a producir un daño intencionalmente conocido. Esto no se ha respetado en algunos experimentos con tratamientos de dudosa eficacia antiviral y que si tienen efectos secundarios como los vividos con algunos antiparasitarios como  la cloroquina, hidroxicloroquina, ivermectina, etc. Es más, en ocasiones las consecuencias puede ser irreversibles como el uso de colchicina como antiviral, un compuesto que se usaba antaño en quimioterapia de cáncer y que daña a las células que se reproducen.
  • Beneficencia: Consiste en prevenir el daño, eliminar el daño, prevenir el daño a otros y suprimiendo prejuicios. El mejor ejemplo es el uso de la vacuna, un arma fundamental en la erradicación de enfermedades infecciosas.
  • Justicia: Que significa dar a cada uno lo suyo. En términos generales tratar a todo el mundo por igual y suministrar o dar acceso a tratamientos, equipos o vacunas a toda la población mundial. Es el que mas se vulnera, solo hay que recordar los países que no disponían de respiradores o simples balas de oxigeno, por no hablar de las vacunas.

Estos cuatro principios bioéticos deben tenerse en cuenta en todo tratamiento y experimentación. Ver post de bioética.

En los primeros principios de bioseguridad se basan los niveles de seguridad, la clasificación de riesgo de los agentes biológicos y las instalaciones donde deben manejarse. El Gobierno de España tiene regulado estas medidas en su RD 664/1979, de protección del trabajo con agentes biológicos. Así como la Ley 9/2003 sobre utilización confinada, liberación voluntaria y comercialización de organismos modificados genéticamente. Siendo estos últimos considerados como potencial infeccioso o plaga. Normativa que se desarrolla en el RD 178/2004. A todo ello, hay que añadir la Orden PCI/168/2019 por el que se publica el Plan Nacional de Biocustodia, aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional. haciendo referencia a normativa europea.

A esta normativa hay que sumar las NTP del INSST y las normas UNE (1,2).

Clasificación de los agentes biológicos infecciosos por grupo de riesgo según el tercer manual de bioseguridad en el laboratorio de la OMS de 2005 (Fuente).

Relación entre grupo de riesgo del agente biológico, nivel de bioseguridad, practicas y equipos según mismo manual de la OMS.
Mencionar que la clasificación de de agente patógeno para animales por la OIE varía con respecto a la clasificación descrita por la OMS (Fuente). El RD 1614/2008 regula estos temas en cuanto a los requisitos zoosanitarios de animales y productos de acuicultura, así como de la prevención y el control de determinadas enfermedades de los animales acuáticos.

España no cuenta con ninguna instalación de bioseguridad 4 (BSL-4) pero si cuenta con el Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) en Valdeolmos (Madrid) con el considerado nivel de bioseguridad 3 plus (BSL-3+) (Fuente 1,2).

Estos preceptos son importantes para frenar la propagación de cualquier agente biológico patógeno. Mientras escribo este post, ha saltado la noticia de que se han encontrado viales de virus viruela en un laboratorio de Filadelfia (EEUU) (Fuente). La viruela es un virus humano que era muy contagioso y tenía una mortalidad de entre 50-30%. Afortunadamente fue declarada erradicada del mundo en 1980 (Fuente 1,2). Intermitentemente hemos tenido accidentes por viales de viruela, afortunadamente fueron detectados de inmediato y confinados para erradicar el origen de un brote (Fuente 1,2). Dicho esto, de poco sirve tener tanto cuidado con patologías conocidas si ante nosotros aparece un patógeno nuevo y le dejamos circular por el mundo alegremente, porque con COVID-19 primó más la prudencia económica a la científica-sanitaria de la bioseguridad. ¿Consecuencias? Dos años después continuamos luchando para frenar el impacto sanitario de SARS-CoV-2 con importante daño en el sistema sanitario, educativo, industrial, político y económico.

Más fuentes:

  • Comisión de Salud Pública: Protocolo de Vigilancia Sanitaria Especifica: Agente Biológico (Fuente). Recopilatorio de actuaciones y normativa en España.
  • Guía sobre la exposición de agentes biológicos (fuente).

  • Código Sanitario para los Animales Acuáticos (Fuente).
  • Código Sanitario para los Animales Terrestres (Fuente).
  • Códigos y Manuales OIE



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