jueves, 13 de julio de 2023

Sarna o escabiosis

 La sarna humana o escabiosis es una infestación parasitaria de la piel producida por un acaro (Sarcoptes scabiei var. hominis). Es un animal microscópico que excava en la capa superior de la piel donde vive y pone sus huevos. Esto provoca una respuesta inmunitaria que acaba desencadenando una respuesta inmune del huésped originando un prurito intenso y exantema. Este tipo de infestaciones pueden complicarse con otras infecciones con bacterias, lo que da lugar a llagas que pueden llegar a causar septicemia, cardiopatías e insuficiencia renal crónica hasta producir la muerte.

En 2017, la sarna y otras ectoparásitos se incluyeron como enfermedades tropicales desatendidas (DTN) por el Grupo de Asesoramiento Estratégico y Técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La sarna suele afectar a países en vía de desarrollo. Se estima que la cifra de personas que sufren sarna asciende a 200 millones de personas en todo el mundo y su prevalencia oscila entre el 0,2 y el 71%. La prevalencia en niños de zonas tropicales puede alcanzar el 10%.

Ciclo biológico de la sarna. Fuente CDC.

Síntomas:

Los ácaros de la sarna excavan en la capa superior de la dermis donde las hembras depositan los huevos que, eclosionan en 3-4 días convirtiéndose en adultos entre 1-2 semanas. Tras 4-6 semanas la persona afectada presenta una reacción alérgica por las heces y proteínas de los ácaros. La mayoría de personas son infectadas por 10-15 ácaros.

Los síntomas son prurito intenso, galerías lineales y vesículas alrededor de los pliegues de los dedos, manos y muñecas, extremidades superiores o inferiores y línea del cinturón. En niños pueden observarse nódulos inflamados, principalmente en el pene, escroto y pechos. 

Foto de sarna costrosa o noruega. Fuente Wikipedia.

Los pacientes con sarna hiperqueratósica (incluidos los VIH/SIDA), pueden presentar la llamada sarna costrosa o noruega, que es una hiperinfestación por miles o millones de ácaros que producen costras y escamas extensas con sepsis secundaria. Esto hace a los pacientes supercontagiadores propagando la infestación al mínimo contacto, ropa, cama o muebles.

El impétigo puede aparecer con infecciones bacterianas que pueden complicar el cuadro clínico. Produciendo abscesos o enfermedades invasivas graves e incluso permanentes. Preocupa la infección por Staphilococcus aureus o estreptococos beta-hemolíticos.

Transmisión:

Las personas son el reservorio de la sarna, los animales no trasmiten la sarna humana. El contagio es por contacto y se trasmite con facilidad entre convivientes en el hogar o parejas sexuales. Cualquier utensilio personal puede ser vehículo de la infestación. Existe un periodo de contagio asintomático. Los ácaros generalmente no sobreviven más de 3 días lejos de la piel humana. Es importante lavar la ropa con agua caliente o en secadora caliente. Lo que no puede lavarse en caliente, puede guardarse en una bolsa cerrada durante más de 3 días para que no sobrevivan los ácaros.

Tratamiento:

La OMS recomienda un escobicida tópico como permetrina al 5%, malatrón al 5%, emulsión de benzoato de bencilo al 10-255 o pomada de azufre al 5-10%. La ivermectina oral ha resultado eficaz y está autorizada en varios países, pero no en niños (15 kg) y embarazadas por su toxicidad. El tratamiento siempre debe ser supervisado por el facultativo médico. El mal uso de los tratamientos genera poblaciones resistentes a los tratamientos y dificulta el control epidemiológico y la cura del paciente.

Diagnóstico:

El diagnostico de sarna se realiza, por lo general, en base a la apariencia de las lesiones y distribución de la erupción con presencia de madrigueras. Siempre que sea posible se recomienda el diagnostico identificando el ácaro al microscopio. 

Imagen al microscopio de S. scabiei var. hominis mediante tinción lactofenol azul algodón. 
Fuente CDC.


Fuentes:


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