Como todo el mundo puede comprender, no debe manejarse en las mismas condiciones un microorganismo no patógeno de aquellos que son patógenos, al menos para los humanos. Aunque esta perspectiva antropocéntrica está cambiando y mientras que los gobiernos se centraban principalmente en la sanidad humana, se ha visto que es fundamental controlar la sanidad ambiental y la de los animales. La mayoría de las ocasiones, cuando un microorganismo o cualquier agente biológico, sea cual sea, provoca una nueva pandemia en los humanos, ese patógeno "nuevo", suele provenir de una adaptación de un patógeno animal. Por eso, en los últimos años, las principales agencias internacionales están intentando concienciar a los Estados para implementar el modelo denominado en inglés One Health (una salud). No debe diferenciarse la sanidad humana de la protección del ecosistema y la sanidad animal, pues lo que hoy no afecta a los humanos o afecta de una forma controlada, puede descontrolarse. En los últimos años hemos tenido varios ejemplos, especialmente virus como:
Es pues, fundamental, establecer el riesgo que tienen estos microorganismos, no solo virus, también bacterias, hongos, protistas o animales parásitos. Generalmente se atiende a si es o no patógeno, para establecer si se deben o no cumplir una serie de precauciones, pero como he dicho, hasta el nivel más bajo debe cumplir un mínimo. Además, que un microorganismo no sea patógeno, no quiere decir que no pueda llegar a ser un patógeno accidental u oportunista. Para ello, la comunidad científica ha establecido cuatro grupos de riesgo biológico para los microrganismo. En el caso de España, está regulado por el Real Decreto 664/1997 sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo. En su artículo 3 realiza una descripción para clasificar a los agentes biológicos en 4 grupos, siendo el 1º el nivel más bajo y no patógeno hasta el grupo 4 de riesgo extremo.
Sin embargo, esta regulación de 1997 es algo arcaica, como dije al comienzo de este post, antaño el riesgo se evaluaba desde un punto de vista antropocéntrico, pero los estándares internacionales se centran en la perspectiva de One Health. La OMS en su último manual de bioseguridad del 2005 mantiene la clasificación que se muestra a continuación.
Como veis, las definiciones son prácticamente calcadas, solo que se amplia la perspectiva humana a los animales. No solo por los posibles saltos patogénicos de un patógeno animal al humano, sino por las enormes perdidas económicas millonarias y hasta situaciones de hambruna o extinciones masivas por patógenos. El mundo está en vilo por los brotes de Gripe Aviar H5N1 con una clarísima adaptación a una variedad de animales mamíferos. Por eso es importante conocer el riesgo de los los agentes biológicos que se manejan en un laboratorio y saber que medidas de bioseguridad aplicar, pues como todo el mundo puede comprender, no es igual de peligroso un escape en el laboratorio del virus de la rinitis a el virus Marburgo, del que no hay cura ni vacuna y con una mortalidad del 88%.
La OMS en su 3ª Ed de Manual de Bioseguridad en el Laboratorio definió 4 niveles de bioseguridad y que muestro en al siguiente imagen.
En definitiva, los 4 grupos de riesgo para agentes biológicos tiene su propio nivel de bioseguridad, atendiendo a criterios como patogenicidad, transmisión, inmunidad de la población, existencia de profilaxis como vacunas o antisueros y la disponibilidad de un tratamiento eficaz.
Según los niveles de bioseguridad, hay una serie de requisitos que la OMS tiene establecido que deben cumplir las los laboratorios para que puedan clasificarse como tal.
Se esté en el nivel en el que esté, todo laboratorio debe cumplir una serie de características como superficies lisas que sean fáciles de limpiar y no reactivas, iluminación adecuada, señalizar los riesgos, uso de guantes, etc.
Los animalarios, cuentan con unas características especiales para determinar el nivel de bioseguridad.
Fuente:
- Manual de bioseguridad en el laboratorio, 3ª Ed 11 de agosto de 2004. ISBN: 9243546503 por la Organización Mundial de la Salud. Enlace web.
- Justificación del ISCIII para construir un laboratorio de bioseguridad de nivel 4.
- Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria (2017). Análisis de Riesgo.
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