En esta segunda oleada de casos de coronavirus en España se están cometiendo los mismos errores del pasado. En éste post voy a intentar agrupar las medidas fundamentales que todos los gobiernos y ciudadanos deberíamos cumplir.
Antes de entrar en materia, es preciso hacer una reflexión, pues si bien la Administración tiene un papel clave en el control y contención de una enfermedad infecciosa, los ciudadanos también tenemos parte de responsabilidad y donde la Administración no es responsable, que es básicamente el cumplimiento de las normas y consejos que nos trasmitía la Administración. Si bien los ciudadanos no tenemos la capacidad de controlar los médicos que se contratan en un hospital o el control que se realiza en aeropuertos, pues es cosa de la Administración. Por su parte, la Administración no puede poner un policía en cada esquina para obligar al cumplimiento de la normativa (llevar mascarilla, distanciamiento social, higiene, etc.). Por tanto, el control y la erradicación de un patógeno infeccioso debe ser una simbiosis entre Administración y ciudadanos.
¿Qué parámetros son importantes controlar en cualquier pandemia?
1.Controlar quién/es están contagiando y sus contactos: Para realizar este control, los Gobiernos están estableciendo un seguimiento de casos positivos y sus contactos para realizar pruebas PCR para detectar casos infectados. El mecanismo, a priori sencillo, tiene su complejidad. La Administración debe contratar un número suficiente de rastreadores y dotarles de los medios necesarios para poder contactar con los infectados y sus contactos.
Aquí también entra nuestra responsabilidad, desde guardar la cuarentena oportuna y presentarnos a realizar la prueba diagnostica (PCR) cuando las autoridades o rastreadores nos indiquen, a si facilitamos toda la información relativa a nuestra vida social para rastrear casos entre nuestros contactos.Esto, también puede facilitarse mediante una normativa que facilite el rastreo, por ejemplo el modelo que se está implementando en algunas Comunidades Autónomas donde se obliga legalmente a registrar a los clientes de bares, restaurantes y lugares de ocio nocturno. Esto facilita al rastreador a detectar los casos de un brote en un lugar potencialmente infeccioso, como los establecimientos de restauración y ocio nocturno. Además, evita demoras de rastreo a los infectados asistentes, ya que, actualmente, los usuarios de los establecimientos devén ver por TV, prensa o comunicación de la Administración que se busca a los asistentes al local "X" entres las horas o días "Y" por un brote.
2. Imponer las medidas que eviten el contagio como establecer el uso obligatorio de mascarillas o medidas higiénicas como disponer en todos los locales de gel desinfectante para eliminar el patógeno. Aquí de nuevo entra en juego no solo el factor sancionador de la Administración, sino la concienciación de la población de su necesario uso. De nada sirve que se imponga el uso de la mascarilla si la población no se la pone o que un local comercial ponga a disposición del público un gel desinfectante y nadie lo utilice.
3. Distanciamiento social: Esta medida es útil ante cualquier tipo de patógeno, ya que sea una infección de propagación aérea o de contacto. Si mantenemos la distancia con los posibles focos (en este caso otras personas y algunos mamíferos) es evidente que dificultamos que podamos contagiarnos. La Administración puede recomendar a sus ciudadanos que mantengan las distancias y pueden tomar medidas efectivas como limitar el aforo de locales, transporte público o limitar el derecho de reunión a un número de personas. Todas estas medidas se han implementado durante la crisis del coronavirus en España. Sin embrago, esta normativa no sirve de nada sin la concienciación y voluntad de la población de cumplir estas recomendaciones/normativa. Volvemos a lo mencionado con las mascarillas, no se puede poner un policía en cada esquina que vigile el cumplimiento de esta norma, queda pues bajo nuestra responsabilidad el cumplirlo o no.
Aquí hay que tener un poco de sentido común y responsabilidad en el cumplimiento de la norma, si la Administración limita las reuniones a 10-15 personas, no significa que estemos castigados sin poder ver a las personas que queramos, es una medida sanitaria, para evitar la propagación del patógeno. De nada sirve que exista esta limitación si nos reunimos sin llevar mascarilla o sin mantener la distancia social en bares, parques, hogares o cualquier otro ámbito. Tampoco es útil que cada día nos reunamos con un grupo limitado de personas diferentes, pues al hacer eso, la limitación de reunión no tiene efecto ninguno. Si al final de la semana ves a 50 personas es como si hubieras quedado con 50 en un día. Ésto no significa que la medida sea inútil, ya que es evidente que el riesgo es menor el el primer caso que en el segundo, pues si uno de los 50 asistentes está infectado, aparecerán menos infectados si se respeta el limite de aforo y se queda en grupos pequeños.
Figura 1: Modelo de infectados según el número de personas en reuniones y frecuencia de la reunión. En negro figuran personas susceptibles a ser infectadas, en rojo personas infectadas, en verde personas que han superado la infección (inmunes).
Es evidente, pero compartir utensilios, comidas, bebidas o tener una vida sexual con diferentes personas incrementa mucho el riesgo de contraer y/o propagar el patógeno.
Todos tenemos que tener sentido común en el cumplimiento de las restricciones, pues no son un castigo sino un mecanismo de seguridad como ponerse el cinturón de seguridad en el coche. Es por el bien de todos.
Todos tenemos que tener sentido común en el cumplimiento de las restricciones, pues no son un castigo sino un mecanismo de seguridad como ponerse el cinturón de seguridad en el coche. Es por el bien de todos.
4. Cortar la entrada y salidas de personas de los principales focos: Esta es una de las medidas más drásticas y efectivas ante cualquier brote epidémico o pandemia, ya que si limitas la circulación de las personas y se guarda cuarentena, el patógeno dejará de propagarse y acabará desapareciendo. Aquí es fundamental de nuevo la Administración, aislando las poblaciones donde los brotes (transmisión comunitaria controlada) se han convertido en una epidemia (transmisión comunitaria descontrolada). Pero no solo en el interior de país, también en el exterior. Este fue a mi juicio uno de los errores que España cometió en marzo, subestimar un virus donde el 40-60% de los casos son asintomáticos, permitiendo la entrada de ciudadanos italianos que tenían una fuerte epidemia. Al principio, solo se detectaban casos de personas que provenían de Italia hasta que la trasmisión comunitaria hizo que los brotes en España se descontrolasen y desatasen la epidemia, algo que se hubiera evitado cerrando la frontera con Italia.
Es completamente ilógico que se cierren comercios y se limite la libre circulación de los ciudadanos de un país o región para contener el virus y evitar su propagación a zonas menos afectadas, si se permite la llegada de personas de otros países que son principales focos epidémicos del patógeno.
También es cierto que si los anteriores puntos se cumplen, este puede ser un punto menos importante si no se importan muchos casos de infectados y se controla el rastreo de posibles contactos.
5. Refuerzo del sistema sanitario: Es imprescindible que se cuente con una infraestructura suficiente para atender una avalancha de pacientes en los hospitales. Ya vimos lo que supuso no contar con suficientes respiradores, camas UCIs y demás. Si en ocasiones es difícil predecir el colapso sanitario que puede producir epidemias periódicas endémicas como la gripe, difícilmente se puede predecir el colapso que puede suponer un patógeno nuevo con una gran capacidad de infectar.
Es cierto, que el virus SARS-CoV-2 no es, ni de lejos, el patógeno más mortal del mundo. Muchos virus que circulan en España como el virus Crimea-Congo, hepatitis víricas o la rabia tienen una tasa de mortalidad muy superior a la del SARS-CoV-2. Pero entonces ¿por qué preocupa tanto este virus? La mortalidad del SARS-CoV-2 tiene una mortalidad en la población de entre un 4-12% de la población en general sintomática, el virus de la rabia tiene una mortalidad de casi el 100% y el virus de Crimea-Congo un 40%. ¿Por qué siendo ambos endémicos en España preocupa más SARS-CoV-2 con una tasa de mortalidad inferior? porque se propaga muy deprisa.
Qué os preocuparía más, un patógeno que afecta a 100 personas al año que causa 4 fallecidos ese año o uno que causa 2,5 millones de casos en un país como España, tomando todas las medidas habidas y por haber para no contagiarse y que provoca la muerte de 45.000 personas en medio año, en un país con 47 millones de personas. Creo que la respuesta es evidente.
No todo es la letalidad del patógeno, en este caso, la capacidad de infectar es mucho más peligrosa, pues como se ha visto en muchos países desarrollados, la gran capacidad inefectiva del virus a causado el colapso sanitario, y con ello, el fallecimiento de personas que no han podido tener un adecuado tratamiento y han fallecido. A esto hay que sumar los fallecidos por otras patologías que sin el colapso sanitario no hubieran fallecido.
Por todo ello, el refuerzo del sistema sanitario es fundamental, pero no solo de sus infraestructuras, también de personal sanitario, y no solo médicos o enfermeros para tratar pacientes. También es fundamental contar con un potente personal de laboratorio clínico como biólogos para realizar un gran volumen de muestras para identificar a los enfermos (PCR, serología, cultivos para tratar coinfecciones, etc.). Es fundamental poder decirle a las personas que son positivas en COVID-19, que son contagiosas y que ponen en peligro la vida de otras personas si no hacen un correcto aislamiento.
6. Rastreadores: Es fundamental contar con equipos que puedan contactar con los enfermos positivos de patógeno infeccioso, y que los enfermos no tengan que acudir presencialmente a recoger los resultados de sus pruebas diagnosticas, pues al hacerlo, si están infectados, incrementamos la probabilidad de aumentar los contagios. Los rastreadores deben ser suficientemente numerosos para poder comunicar los resultados de forma rápida y hablar con el paciente para instruirle en el comportamiento a seguir en su aislamiento, haciendo especial hincapié en la concienciación de seguir las pautas indicadas.
Fundamental poder hacer un test concienzudo sobre las personas a las que el paciente ha visitado en el periodo que se presupone contagioso, o las zonas que ha visitado. Aquí es tan importante la realización de un buen test que localice los posibles focos como la colaboración del paciente en facilitar dicha información.
7. Una buena legislación de protección social. Es fundamental que las personas puedan estar de baja médica desde que se les recomienda hacer una cuarentena, pues de lo contrario, personas con una baja renta no harán dicha cuarentena. La gente necesita trabajar, ganar dinero para poder subsistir. Si a esas personas no se las protege económicamente y no pueden pagar sus necesidades básicas no harán cuarentena. De nada sirve en este caso que se vigile el cumplimiento de la cuarentena domiciliaria o se sancione su incumplimiento.
La Ley de Salud Pública prevé el ingreso forzoso de un paciente infecto-contagioso en un hospital mediante orden judicial, pero eso, es efectivo cuando hay pocos casos, pues si ingresásemos forzosamente a todos los que no cumplen la cuarentena colapsaríamos rápidamente los hospitales.
Nuevamente aquí debe haber un equilibrio entre la normativa que impone la Administración y las necesidades y concienciación de los ciudadanos.
No podemos detener el tiempo ni paralizar nuestras vidas. El virus continua extendiéndose por todo el mundo, no se va a marchar porque llegue el verano o nos toque el periodo de vacaciones. Esto va para largo, y por ello, tenemos que aprender a convivir con él. Esto supone cambiar nuestras costumbres para dificultar su propagación. Todos tenemos que ser responsables, porque de nuestros actos, depende nuestra vida y la de nuestros allegados.
5. Refuerzo del sistema sanitario: Es imprescindible que se cuente con una infraestructura suficiente para atender una avalancha de pacientes en los hospitales. Ya vimos lo que supuso no contar con suficientes respiradores, camas UCIs y demás. Si en ocasiones es difícil predecir el colapso sanitario que puede producir epidemias periódicas endémicas como la gripe, difícilmente se puede predecir el colapso que puede suponer un patógeno nuevo con una gran capacidad de infectar.
Es cierto, que el virus SARS-CoV-2 no es, ni de lejos, el patógeno más mortal del mundo. Muchos virus que circulan en España como el virus Crimea-Congo, hepatitis víricas o la rabia tienen una tasa de mortalidad muy superior a la del SARS-CoV-2. Pero entonces ¿por qué preocupa tanto este virus? La mortalidad del SARS-CoV-2 tiene una mortalidad en la población de entre un 4-12% de la población en general sintomática, el virus de la rabia tiene una mortalidad de casi el 100% y el virus de Crimea-Congo un 40%. ¿Por qué siendo ambos endémicos en España preocupa más SARS-CoV-2 con una tasa de mortalidad inferior? porque se propaga muy deprisa.
Qué os preocuparía más, un patógeno que afecta a 100 personas al año que causa 4 fallecidos ese año o uno que causa 2,5 millones de casos en un país como España, tomando todas las medidas habidas y por haber para no contagiarse y que provoca la muerte de 45.000 personas en medio año, en un país con 47 millones de personas. Creo que la respuesta es evidente.
No todo es la letalidad del patógeno, en este caso, la capacidad de infectar es mucho más peligrosa, pues como se ha visto en muchos países desarrollados, la gran capacidad inefectiva del virus a causado el colapso sanitario, y con ello, el fallecimiento de personas que no han podido tener un adecuado tratamiento y han fallecido. A esto hay que sumar los fallecidos por otras patologías que sin el colapso sanitario no hubieran fallecido.
Por todo ello, el refuerzo del sistema sanitario es fundamental, pero no solo de sus infraestructuras, también de personal sanitario, y no solo médicos o enfermeros para tratar pacientes. También es fundamental contar con un potente personal de laboratorio clínico como biólogos para realizar un gran volumen de muestras para identificar a los enfermos (PCR, serología, cultivos para tratar coinfecciones, etc.). Es fundamental poder decirle a las personas que son positivas en COVID-19, que son contagiosas y que ponen en peligro la vida de otras personas si no hacen un correcto aislamiento.
6. Rastreadores: Es fundamental contar con equipos que puedan contactar con los enfermos positivos de patógeno infeccioso, y que los enfermos no tengan que acudir presencialmente a recoger los resultados de sus pruebas diagnosticas, pues al hacerlo, si están infectados, incrementamos la probabilidad de aumentar los contagios. Los rastreadores deben ser suficientemente numerosos para poder comunicar los resultados de forma rápida y hablar con el paciente para instruirle en el comportamiento a seguir en su aislamiento, haciendo especial hincapié en la concienciación de seguir las pautas indicadas.
Fundamental poder hacer un test concienzudo sobre las personas a las que el paciente ha visitado en el periodo que se presupone contagioso, o las zonas que ha visitado. Aquí es tan importante la realización de un buen test que localice los posibles focos como la colaboración del paciente en facilitar dicha información.
7. Una buena legislación de protección social. Es fundamental que las personas puedan estar de baja médica desde que se les recomienda hacer una cuarentena, pues de lo contrario, personas con una baja renta no harán dicha cuarentena. La gente necesita trabajar, ganar dinero para poder subsistir. Si a esas personas no se las protege económicamente y no pueden pagar sus necesidades básicas no harán cuarentena. De nada sirve en este caso que se vigile el cumplimiento de la cuarentena domiciliaria o se sancione su incumplimiento.
La Ley de Salud Pública prevé el ingreso forzoso de un paciente infecto-contagioso en un hospital mediante orden judicial, pero eso, es efectivo cuando hay pocos casos, pues si ingresásemos forzosamente a todos los que no cumplen la cuarentena colapsaríamos rápidamente los hospitales.
Nuevamente aquí debe haber un equilibrio entre la normativa que impone la Administración y las necesidades y concienciación de los ciudadanos.
No podemos detener el tiempo ni paralizar nuestras vidas. El virus continua extendiéndose por todo el mundo, no se va a marchar porque llegue el verano o nos toque el periodo de vacaciones. Esto va para largo, y por ello, tenemos que aprender a convivir con él. Esto supone cambiar nuestras costumbres para dificultar su propagación. Todos tenemos que ser responsables, porque de nuestros actos, depende nuestra vida y la de nuestros allegados.
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